martes, 22 de febrero de 2011

I Follow Ghosts




“He vuelto; he vuelto completo, con mi aire, y mis quejas, y mis malditas maneras, tantas veces dispuesto a irme de una vez por todas, pero nada altera (al parecer) el curso de mi naturaleza “humana”, el enfermizo y inalterable empeño en sobrevivir me lleva a arrastrarme ante mi mismo una vez más, con el fin de no caer tal vez… cuando creo haber perdido completamente el sentido, aparece algo que al menos aparenta ser real; pero como no dudar de todo…
He vuelto, con autocompasión  y todo, y que haré ahora que regresé, lo de siempre, supongo, oír, criticar, base de mi innata insensibilidad, he sentido a veces dolor… pero hoy pienso en ti como si pudieras oír mis pensamientos, te pienso con ternura y como si nada hubiera pasado desde entonces, en eso me encuentro basando mi locura interna, personal; en el hecho de que hoy siento como si la ira, el odio, el resentimiento y la insensibilidad de ayer, no existieran ya, pero llego a osar quererte, me asusta el pensarte tanto como si nada de eso hubiera pasado por mi, como si mi memoria fuera totalmente renovablemente mutante, como si aun mereciera tenerte entre mis pensamientos.
Pensar que tuve que alejarme de todo eso para luego quererlo de vuelta, yo, mis manías, mis costumbres de aislamiento y reclusión.
Creo que no puedes oírme, no hablo, más tengo todo el derecho del mundo de quererte, seres más ruines han optado a fines más altruistas. Cosas mas irremediables han pasado que finalmente tienen remedio. Tengo todo el derecho del universo a quererte y pensarte a cada rato ¡si quiero! Puesto que el derecho que irremediablemente perdí es el de expresarlo…”.

Esperanza de ser”, fragmento, Ricardo Castillo; verano 2009

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